jueves, 15 de marzo de 2012


Una estación que se acaba, una etapa de tu vida que termina. Observas como miles de hojas vuelan mecidas por el viento formando una barrera dorada antes de caer al suelo. Por un momento, quieres ser parte de ella.
Sentirte una más. Pero luego, compruebas que el viento sopla en dirección contraria y ves como te alejas del resto. No puedes integrarte. No es la suerte, ni tampoco el destino. Eres tú. Tú no eres lo que creías. 
O puede que los demás sean los que no son. El caos inunda tu mente. Una fina llovizna salpica tus mejillas rosadas por el frío. La mirada perdida no se sabe donde. Su corazón caducó hace no sé cuanto. 

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