jueves, 15 de enero de 2015

Con el tiempo aprendes que los títulos más extraños son los de las canciones más bellas, que las despedidas no son lo que duele ni nos disgusta, sino la gente que se aleja. Que las personas de tu vida las conocerás por casualidad, y se habrán cruzado contigo tres veces en la misma calle llena de gente antes de que las conozcas por su magia. Con el tiempo comprendemos que un beso puede ser tan eficaz como un analgésico, que las lágrimas no sólo sirven para mojarte la cara y la almohada, que las drogas más fuertes tienen un nombre y dos apellidos, que no existe el hombre del saco, pero si hombres que meten a todos en el mismo. Que las sonrisas mueven más montañas que ninguna bomba atómica, que se llenan más ceniceros en soledad que en compañía. Sólo hace falta que nos alcance el tiempo...

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