sábado, 26 de abril de 2014

Los cuentos de hadas no son como los pintan. Si Cenicienta pierde su zapato de cristal, probablemente el príncipe lo rompa en mil pedazos. Blancanieves nunca recobraría el sentido porque su príncipe no la besaría, no creo ni que apareciese.La bella durmiente podría pasarse años dormida. Su príncipe estaría perdiendo el tiempo con cualquier otra y su sueño solo tendría pesadillas. Aunque Bella hubiera aceptado que Bestia era una buena persona, éste le habría demostrado todo lo contrario. Aladdín hubiera volado miles de kilómetros en su alfombra mágica lejos de su princesa por miedo. Anastasia comprendería que debía de haberse quedado en aquel orfanato en el que sus sueños al menos no estallaban contra su cara y Ariel seguiría hundida en las profundidades del mar cuando su príncipe la dejara por otra. La vida real no tiene finales felices. Todos queremos que los tristes estén pintados por algunas gotas de esperanza pero, a veces, solo encontramos la dura realidad.

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